11.1.09

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Hola a tod@s los lectores, ¡Feliz Año Darwin!. Como podéis leer en los dos últimos posts en 2009 se celebra el 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin así como el 150 aniversario de la publicación de su obra "El Origen de las Especies".

Este hecho ha influido bastante en la decisión de cambiar algo el aspecto visual del blog, así como la creación de un logo propio para celebrar la efeméride. Espero que os guste. Saludos.

Por qué la teoría de la evolución aún es válida


PÚBLICO. 11/01/2009


En 2009 se celebran 200 años del nacimiento de Charles Darwin y 150 de ‘El origen de las especies’. ‘Nature’ recopila ejemplos de estudios recientes que muestran la validez de la evolución por selección natural


DANIEL MEDIAVILLA - Madrid - 10/01/2009 22:00


La mayoría de los biólogos considera un hecho que todas las formas de vida que se conocen son el fruto de una evolución por selección natural desarrollada durante miles de millones de años. La teoría, ideada por separado por los británicos Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, ha acumulado evidencias que la fortalecen durante siglo y medio, pero aún existen grupos (en su mayoría, ajenos a la biología) que cuestionan su validez.
Con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Darwin y con el fin de mostrar que la teoría de la evolución por selección natural es un principio validado empíricamente, la revista Nature ha recopilado 15 ejemplos publicados en la última década que sustentan la tesis.
Uno de estos ejemplos es el que hace referencia a los pinzones de las Galápagos, también conocidos como pinzones de Darwin (en la infografía). Cuando el científico llegó a las Galápagos a bordo del Beagle, observó que en las islas existían varias especies de pinzones con aspectos muy parecidos salvo por sus picos.
Cada tipo de pinzón lo tenía diferente en función de su dieta: los que vivían en el suelo lo tenían ancho, los que habitaban en zonas de cactus lo tenían alargado... Darwin planteó que todos tendrían un antepasado común que habría emigrado a la isla tiempo atrás. Después, por selección natural, habrían comenzado a aparecer las nuevas especies. Desde entonces, el caso de los pinzones se ha convertido en un ejemplo clásico para explicar la aparición de nuevas especies a partir de un tronco común como método de adaptación a los distintos nichos ecológicos.

Competencia que obliga a mejorar
La evolución es una carrera de armamentos. Si el depredador mejora su técnica de caza, la víctima potencial se verá obligada a mejorar sus cualidades elusivas. En 2007, investigadores belgas observaron una de estas competiciones: la que enfrenta a la pulga de agua con los parásitos que la infectan. Cada vez que la pulga lograba mejorar su respuesta a las infecciones, los parásitos mejoraban su capacidad para aprovecharse del organismo de los crustáceos.
Confirmando las predicciones teóricas, los parásitos lograron adaptarse a su huésped en un periodo de pocos años. Su capacidad para infectar a las pulgas cambiaba poco con el paso del tiempo, pero la virulencia y la aptitud del parásito se incrementó progresivamente, siendo siempre igualada por la capacidad de las pulgas para resistir.

Evolución acelerada
Investigadores británicos observaron que la variación genética de los carboneros de un bosque en Oxfordshire era distinta en diferentes partes de la espesura. Esta pauta de variación conducía a diferentes respuestas a la selección natural en distintas zonas del bosque.
El efecto se veía reforzado por la ‘dispersión no aleatoria’: pájaros individuales se seleccionan y se reproducen en diferentes hábitats para mejorar su adaptación. Los científicos observaron que cuando el flujo genético no es homogéneo, la diferenciación evolutiva puede producirse en periodos muy breves.

Dinosaurios emplumados
Una de las críticas iniciales a la teoría evolutiva era la ausencia de rasgos de transición que ilustrasen el paso de un grupo de animales a otro. Sin embargo, poco después de la publicación de ‘El origen de las especies’, se descubrió el primer fósil de ‘Archaeopteryx’, un animal que unía características de los reptiles, como los dientes, con las plumas propias de las aves.
Aunque ‘Archaeopteryx’ es considerado el primer ave conocida, muchos afirmaron que podía tratarse de un dinosaurio con plumas. Desde entonces, nuevos hallazgos han apuntalado la hipótesis de los dinosaurios plumíferos. El año pasado se anunció el hallazgo de ‘Epidexipteryx’, un pequeño dinosaurio de vistoso plumaje que podía serle útil en sus conquistas.

Los ancestros de las ballenas tenían pezuñas
Las ballenas llevan millones de años viviendo en los océanos, pero las evidencias recogidas por los investigadores muestran que, como mamíferos que son, su árbol genealógico surgió en tierra firme. Los abundantes fósiles de los primeros diez millones de años de evolución de las ballenas cuentan la historia de criaturas acuáticas como el ‘Ambulocetus’, con características que hoy en día sólo se encuentran en las ballenas y extremidades similares a las de los animales terrestres que son sus ancestros. Menos conocidos eran los animales terrestres que se encuentran en una etapa anterior del proceso evolutivo de estos cetáceos.
El ‘Indohyus’ era un animal con algunas características parecidas a las de vacas, ciervos u ovejas, que pasaba gran parte de su vida en el agua. Pese a tener muchas similitudes con las ballenas, su dieta era muy diferente. Esto sugiere que fue un cambio de dieta lo que les impulsó a instalarse definitivamente en el agua. El estudio de ‘Indohyus’, publicado en 2007 en ‘Nature’, demuestra que en el registro fósil existen potenciales especies de transición.

La selección no ofrece soluciones óptimas
La selección natural obliga a mejorar al material disponible, no produce soluciones óptimas. Por eso a los tetrápodos, cuando llegaron a la tierra, no les crecieron ruedas sino patas. Un caso de la adaptación del material disponible es el de la ‘Muraena retifera’.
Al ser demasiado estrecha y alargada, la cavidad de su boca es muy pequeña para succionar a sus presas a su interior, como hacen otros peces. Como solución, estos animales han desarrollado una segunda mandíbula que surge del interior de su boca y arrastra a sus presas para engullirlas.

Tiktaalik’, muestra de la transición del agua a la tierra
Los hallazgos de los últimos 20 años indican que los primeros tetrápodos desarrollaron sus patas cuando aún vivían en el agua. Hasta ahora los pioneros de la vida terrestre sólo se conocían por pequeños fragmentos fósiles mal conservados.
Descubrimientos recientes han permitido conocer a ‘Tiktaalik’, un depredador acuático con muchas similitudes con los tetrápodos, que muestra con claridad una fase esencial de la transición del agua-tierra.

2009: el año del 'padre' de la evolución

BICENTENARIO DE CHARLES DARWIN
El 12 de febrero se cumplen 200 años del nacimiento del naturalista británico
Dos grandes exposiciones y un sello conmemorarán su figura en el Reino Unido
También se celebran 150 años de la publicación de 'El Origen de las Especies'

EL MUNDO 08/01/2009
EDUARDO SUÁREZ
LONDRES.- El Reino Unido celebra desde hoy el
Año de Darwin con honores y sin rastros de acritud. Como si la jerarquía anglicana no hubiera escupido nunca sermones incendiarios contra la selección natural y los caricaturistas de los periódicos victorianos no hubieran ridiculizado al científico retratándolo como un mono peludo e iletrado.
Si no fuera por las connotaciones religiosas, se podría decir que Charles R. Darwin (1809-1882) ha terminado por ser profeta en su tierra dos siglos después de venir al mundo en una casa solariega de Shrewsbury y 150 años después de publicar 'El origen de las especies' (1859). Basta echar un vistazo si no a los fastos que diversas instituciones ultiman para 2009 y que incluyen un sello de correos, dos largometrajes, un nuevo museo, dos grandes exposiciones y diversos simposios sobre su figura.
Sin embargo, no se puede decir que el poso de los años haya convertido a Darwin en una figura exenta de polémica en el Reino Unido. En parte por el afán misionero de quienes se oponen a sus teorías y en parte por la vehemencia de algunos de sus defensores.
Es esta pugna la que ha convertido a Darwin también aquí en signo de división. La última vez cuando Michael Reiss -científico y sacerdote- dijo que las teorías creacionistas deberían explicarse en las clases de Ciencia de los institutos.
Reiss es un darwinista convencido y su intención no era cuestionar la teoría evolutiva sino contextualizarla para aquellos alumnos educados en entornos creacionistas. Sin embargo, sus palabras desataron tal clamor en la comunidad científica que Reiss tuvo que dimitir de su cargo en la Royal Society.
En el otro extremo del creacionismo, se hallan los defensores militantes de las teorías de Darwin. El más conocido, el británico Richard Dawkins, que acaudilla hoy aquí el rostro más afilado del darwinismo. Aquél que no se detiene en las fronteras de la biología y aplica las ideas de Darwin a la política, la sociología, la psicología o el arte.
Conocido como darwinismo social, es un terreno movedizo estigmatizado durante décadas por sus concomitancias con el Holocausto y la eugenesia nazi, pero recuperado hoy felizmente para la ciencia por los hallazgos de un puñado de sociólogos y genetistas.
Investigaciones polémicas
Hace unos días,
The Economist respaldaba en un artículo esa extensión social de las teorías de Darwin y criticaba a aquellos intelectuales que han actuado «como si la evolución se hubiera parado en el cuello, como si la anatomía humana hubiera evolucionado genéticamente y nuestra conducta estuviera, sin embargo, determinada por nuestra cultura».
El semanario acompañaba la reprimenda con los hallazgos de darwinistas de nuevo cuño. Algunos provocadores y políticamente incorrectos. Como el estudio que demuestra que las mujeres de mediana edad cobran aún menos que los hombres porque optan conscientemente por empleos menos remunerados y que dejen más tiempo para sus hijos. O aquél que dice que la inmensa mayoría de los crímenes de nuestras sociedades los cometen jóvenes machos por dinero o por amor: es decir, por el doble motivo darwiniano de la reproducción y la supervivencia.
Asuntos que dan idea del alcance actual de la teoría evolucionista, pero que difuminan al ser humano que la creó, un hombre agnóstico, familiar y dotado de una extraña bonhomía. Adolescente borrachín y disoluto, Darwin se convirtió parajódicamente a la ciencia cuando estudiaba para cura en un seminario y no perdió la fe hasta que vio morir a su hija de tuberculosis.
Su formidable trayectoria la celebran ahora sendas exposiciones en el Museo de Historia Natural y en la Biblioteca Británica. La primera es la más ambiciosa e incluye especímenes nunca vistos. La segunda aporta luz sobre la vida personal de Darwin, mostrando una colección de escritos que desde el año pasado
se pueden revisar online.
Pero el plato fuerte del bicentenario será la reapertura del caserón donde el científico vivió durante 40 años. A la espera de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, Down House conmemorará el bicentenario mostrando sus tesoros de nuevo a partir del 12 de febrero y abriendo una exposición que incluirá una recreación del camarote de Darwin en su viaje iniciático del Beagle.
Extras que acentuarán el aura de la casa. Un paraíso de la mitomanía científica donde uno se puede asomar a los invernaderos de orquídeas donde Darwin dio forma a su teoría, encaminarse por el sendero de arena por el que paseaba con su terrier, revisar el pupitre donde escribió 'El origen de las especies' y fotografiar la habitación donde jugaba al billar con su mayordomo.