26.10.06

Tomates azules terapéuticos


BBCmundo.com 26/10/2006
BBC Mundo Ciencia

Científicos españoles crearon tomates que contienen una serie de proteínas para tratar varias enfermedades.

Los tomates son "´fábricas biológicas" contra enfermedades.Los tomates, genéticamente modificados, son azules para distinguirlos del producto alimenticio.
El proyecto fue desarrollado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) en Valencia, España.
"Estos tomates que desarrollamos en el laboratorio --dijo a BBC Ciencia el jefe de la investigación, Antonio Granell-- tienen el objetivo de mejorar la calidad del fruto del tomate".
"Pero también intentamos que el tomate sea una biofactoría, es decir, un conjunto de células que están trabajando para nuestro interés", afirma el investigador.
El objetivo es que estas factorías o fábricas biológicas, produzcan proteínas para fines terapéuticos.
Biofactorías
Lo que se intenta es que los tomates azules produzcan proteínas que normalmente no se encuentran en el tomate.
Es decir, al consumir uno de estos tomates, estaríamos aumentando nuestras defensas para prevenir una serie de enfermedades.
"Estamos pensando, por ejemplo, en el caso de anticuerpos secretorios que es un tipo de proteínas que proporcionan una terapia inmunológica "pasiva oral"", dice Antonio Granell.
"Es decir, cuando se consume el tomate cubriría la mucosa y protegería de agentes infecciosos que normalmente se ingieren en el tracto digestivo".
"Estamos hablando por ejemplo de enfermedades que causan diarreas, y el tomate prepararía a la persona para prevenirlas".
El tomate protegería de agentes infecciosos que normalmente se ingieren en el tracto digestivo, por ejemplo enfermedades que causan diarreas. Y el tomate prepararía a la persona para prevenirlas
Dr. Antonio Granell, IBMCPEs un proceso similar a haber ingerido un medicamento, que en este caso sería un concentrado de tomate.
Los científicos del IBMCP ya han creado variedades transgénicas de colza, tabaco, arroz, pepino, sandía y varias plantas ornamentales.
Pero eligieron el tomate porque éste es capaz de crear fácilmente una gran cantidad de biomasa.
Pero lo principal, dicen los investigadores, es que es un alimento importante en la dieta de occidente y es una fuente de vitaminas y otros nutriente.
Además, tiene la facilidad de ingerirse crudo, cocido, frito o deshidratado.
"Como el tomate se come normalmente crudo, no se pierden las propiedades de las proteínas terapéuticas que contengan", explica Antonio Granell.
"Pero además, el fruto podría ser sujeto a deshidratación, con lo cual podría controlarse mejor la cantidad --o dosis-- del producto terapéutico que se suministre a la persona que lo necesite", agrega.
Azules
Los investigadores utilizaron un fondo genético fácilmente distinguible, en este caso un tomate azul, para que el consumidor pueda distinguir el producto normal del producto terapéutico que quizás no le interesa ingerir.
El color azul proviene de la acumulación de compuestos naturales y antioxidantes que se encuentran en otras partes de la planta.
Los científicos agregan sin embargo, que todavía faltan muchas más investigaciones para que el público disponga de estos tomates terapéuticos.
Hasta ahora, el crear estos frutos en el laboratorio está ayudando a los científicos a entender mejor cuál es la función de cada gen en la formación de un fruto de calidad.
"Hemos logrado ya que los tomates expresen proteínas en el fruto, pero ahora tenemos que probar que esas proteínas tienen actividad in vivo frente a esos posibles agentes infecciosos", señala Antonio Granell.
Y para eso, dice, todavía hacen falta más años
.

Hallado el cráneo de un ave predadora monstruosa de hace 15 millones de años


ABC 26/10/2006
EFE LONDRES
Un grupo de científicos ha descubierto el cráneo de un ave predadora monstruosa de hace aproximadamente 15 millones de años, el mayor de su tipo encontrado hasta ahora, informa la revista Nature.
El cráneo, que mide 60 centímetros, fue hallado casi completo en rocas de 15 millones de años de antigüedad en la localidad argentina de Comallo (Patagonia). Con su pico ganchudo y sus fuertes extremidades, el ave, que no volaba, era capaz de asestar un golpe mortal a presas del tamaño de una vaca o tragarse un animal del tamaño de un perro.
Según Luis Chipappe y Sara Bertelli, del Dinosaur Institute, el tamaño del cráneo encontrado apunta a que el animal era "un diez por ciento mayor que el más grande de los phorusrhácidos y posiblemente mucho más veloz".
Nueva vía de investigación
El hallazgo ha hecho que los científicos revisen sus estimaciones anteriores sobre la agilidad de esas aves gigantes que poblaron la tierra hace millones de año, ya que antes se creía que tenían extremidades más pequeñas.
Durante buena parte del tiempo en que existieron esas extrañas aves, Suramérica era un continente isla en el que las especies evolucionaban totalmente aisladas del resto del planeta.
Sin grandes mamíferos carnívoros con los que competir aquellas aves se convirtieron en los principales animales predadores de la región. Según los expertos, esas aves podían alcanzar velocidades de 49 kilómetros hora, similares a las de los modernos avestruces.

El código genético revela los secretos de la abeja de la miel

reuters.es 26/10/2006
LONDRES (Reuters) - Los científicos han desenmarañado el código genético de la abeja de la miel, descubriendo pistas sobre su complejo comportamiento social, su intenso sentido del olfato y sus orígenes africanos.
Es el tercer insecto cuyo genoma ha sido detallado y se une a la mosca de la fruta y al mosquito en este exclusivo club.
La abeja de la miel, o 'apis mellifera', ha evolucionado de forma más lenta que otros insectos pero tiene más genes vinculados al olfato.
"En biología y biomedicina, las abejas de la miel se usan para estudiar áreas muy diversas, incluyendo enfermedades alérgicas, desarrollo, gerontología, neurociencia, comportamiento social y toxicología venenosa", dijo Gene Robinson, director del Centro de Investigación de las Abejas de la Universidad de Illionis y uno de los líderes del proyecto.
"El proyecto del genoma de la abeja está abriendo la era de la investigación de la abeja para el beneficio de la agricultura, la investigación biológica y la salud humana", añadió.
Con su estructura social muy evolucionada con decenas de miles de obreras comandadas por la reina, el mapa del genoma de la abeja también podría mejorar la investigación de genes vinculados al comportamiento social.
Pero el consorcio de científicos, que informó de los hallazgos en la revista Nature, dijo que es preciso un análisis integral de la abeja y otras especies para comprender su vida social.
La reina tiene una esperanza de vida diez veces mayor que las obreras y pone 2.000 huevos al día. Pese a tener un cerebro diminuto, las abejas tienen habilidades cognitivas y aprenden a asociar el color de una flor, su forma y olor con la comida, lo que incrementa su habilidad para buscar alimentos.
Los científicos que analizaron el código genético han descubierto que la abeja de la miel se originó en África y se extendió por Europa en dos antiguas migraciones.
"La expansión de las abejas africanas por todo el Nuevo Mundo es un ejemplo espectacular de invasión biológica", escribieron los científicos en Nature.
El número de genes de las abejas vinculados al olor supera a los vinculados al gusto. Estos insectos también tienen menos genes que la mosca de la fruta o el mosquito para la inmunidad.
Las abejas usan feromonas, sustancias segregadas por las glándulas, para distinguir el género, casta y edad de otras abejas, según los científicos.
"Esta secuencia de ADN es un gran paso hacia responder una cuestión básica de la evolución social: a nivel genómico, qué hace falta para diseñar un insecto colonial avanzado", dijo Edward Wilson, de la Universidad de Harvard en un comentario sobre la investigación.

19.10.06

Descubierto en Australia el fósil del pez que dio el paso del agua a la tierra


ABC 19/10/2006
Sydney. Efe
Un grupo de científicos australianos del Museo Victoria ha presentado en Melbourne el fósil de un pez Gogonasus de 380 millones de años que prueba que los peces se convirtieron en animales terrestres mucho antes de lo que se creía.
Los expertos han indicado que el Gogonasus está más cerca de los animales terrestres que el Tiktaalik Roseae, otro pez de 375 millones de años de antigüedad, o que Eustenopteron, que hasta hace poco se consideraba el antepasado común de todos los animales terrestres.
El especialista John Long ha asegurado que es el fósil del "pez tridimensional más perfecto y completo jamás descubierto en el mundo, parece que hubiera fallecido ayer mismo, aún se le puede hacer abrir y cerrar la boca. Si le enseñas la foto a cualquier persona dirá que se trata de un pez, sin embargo cuando empiezas a mirarte los huesos te das cuenta de que tiene aletas muy avanzadas que parecen casi como el hueso de una extremidad de anfibio".
Características comunes con animales terrestres
El espécimen fue encontrado el año pasado en el área de los Kimberley, en el norte de Australia, en una zona conocida como Gogo, un antiguo arrecife de corales. El examen con escáner mostró que es un pez con características muy primitivas y comunes con otros animales terrestres.
El fósil presenta un agujero en el cráneo similar al que tenían los primeros animales terrestres y que luego se convirtió en la trompa de eustaquio en los vertebrados superiores.
Cuenta con una estructura ósea de los pómulos similar a la de los primeros anfibios y dos agujeros en la ventana de la nariz, como los humanos. Los científicos concluyeron también que el Gogonasus contaba con una aleta pectoral con características óseas, similares a las extremidades (patas delanteras y traseras) de los tetrápodos.
El resultado de esta investigación fue publicado en la última edición de la revista científica internacional Nature.

17.10.06

Identifican un gen mutado que eleva el riesgo de autismo

EUROPA PRESS 17/10/2006

MADRID, 17 Oct. Investigadores del Centro para la Investigación del Desarrollo Humano Vanderbilt Kennedy en Nashville (Estados Unidos) han identificado un gen mutado, el gen MET, que aumenta el riesgo de autismo. Las conclusiones del estudio, que proporcionan nuevos datos sobre los mecanismos que provocan el trastorno, se publican en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Los científicos descubrieron una mutación asociada con el gen MET en niños con autismo. El gen MET es conocido por su participación en el desarrollo cerebral, la regulación del sistema inmune y la reparación del sistema gastrointestinal. Todos estos sistemas pueden verse afectados en niños con autismo.
Los investigadores descubrieron que la porción del gen MET que codificaba su producto proteínico no estaba mutada, pero el promotor que controla la cantidad de expresión del gen sí estaba alterado, dando lugar a menores niveles de proteína MET. La mutación era común en niños con autismo y aparecía más frecuentemente en familias que tenían más de un niño autista. De forma global, esta mutación elevaba el riesgo de autismo en 2,27 veces.
Según los autores, dado que el gen MET participa en el desarrollo de las regiones cerebrales elevadas, sus descubrimientos podrían proporcionar vías para continuar estudiando las anormalidades cerebrales que causan autismo. Estos resultados podrían también conducir a una mejor comprensión de los trastornos mentales asociados con el autismo.

16.10.06

La caza de ballenas en la Antártida provocó la caída de la productividad biológica

ABC 16-10-2006

ARACELI ACOSTA
MADRID. Los estudios sobre los impactos que el calentamiento global está teniendo sobre los ecosistemas polares son constantes y se revisan a cada dato nuevo que se aporta. Hasta ahora, se había constatado que el krill (una clase de crustáceos parecida a los camarones) del que se alimenta la fauna antártica ha disminuido un 80 por ciento desde 1970. Los resultados de la investigación realizada por el British Antarctic Survey en 2004 indicaban que la principal explicación para este dramático declive era el descenso del hielo marino, ya que el krill se alimenta de las algas que se encuentran bajo la superficie de estas placas heladas.
Una hipótesis avalada por los datos de la pérdida anual de hielo en la Antártida -152 kilómetros cúbicos al año-, provocado por un aumento de la temperatura de 2 grados centígrados en los últimos cincuenta años.
Sin embargo, un grupo de científicos, líderes internacionales en investigación polar, reunidos la pasada semana en Madrid para participar en el segundo debate sobre Biología de la Conservación, organizado por la Fundación BBVA, ha aportado nuevos datos sobre los cambios que se están dando en el continente helado.
El krill, clave en la cadena
Victor Smetacek, del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar de Alemania y pionero de la investigación experimental en la Antártida, ofreció una hipótesis cuanto menos innovadora para explicar la drástica disminución de krill. Además de la acción del calentamiento global, este científico indio considera que el dramático descenso de la población de ballenas azules por culpa de la caza indiscriminada -de las 300.000 que habitaban el océano antártico se pasó a sólo 350 ejemplares en el siglo XX- está detrás del declive del krill, componente clave de la cadena alimentaria.
Y es que, según Smetacek, estos grandes cetáceos desempeñaban un papel fundamental para reciclar hierro, el elemento clave para la productividad biológica en el océano austral, manteniendo niveles de producción biológica mucho más elevados que los actuales. Así, Smetacek se hizo dos preguntas: cómo era posible que un área tan pequeña y poco productiva pudiera mantener una población de ballenas con una biomasa equivalente a la de mil millones de seres humanos, y por qué, si las ballenas habían disminuido, el krill, en lugar de aumentar, se había comportado de la misma manera. Máxime teniendo en cuenta que la población originaria de ballenas azules consumía 150 millones de toneladas de krill al año.
A partir de un estudio del equipo que dirige el investigador español Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), que aportó evidencias de que el krill juega un papel importante en la liberación de hierro, el profesor Smetacek realizó varios experimentos en aguas antárticas para demostrar que las ballenas están implicadas en este ciclo. Y es que, frente al Ártico, en cuyas aguas el hierro es abundante, «el plancton de la Antártida es anémico», afirma Smetacek. La explicación está en que el hierro es insoluble en el agua, a no ser que se combine con otros compuestos orgánicos, y éste es el papel que desempeñaban las ballenas, que «reciclaban» el hierro. El proceso sería el siguiente: el hierro llegaba en forma de polvo desde las masas continentales, las ballenas lo reciclaban y fertilizaban, lo que aumentaba la productividad biológica en el océano. Y a mayor cantidad de plancton, más krill y, por tanto, más alimento para las ballenas. Además, este aumento de la producción biológica llevaría una mayor capacidad de secuestrar dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero causante del calentamiento global. Por tanto, un mecanismo natural que funcionaba a la perfección, hasta que llegaron los buques balleneros con sus arpones.
Controversia científica
Smetacek ha realizado ya nueve experimentos de fertilización con hierro en las aguas antárticas, con resultados positivos en la producción de plancton, aunque al no estar las ballenas que reciclan el hierro en la capa superficial del océano éste acaba cayendo al fondo pronto.
Su próxima idea es hacerlo a gran escala en el océano austral y en un área donde haya ballenas, de tal forma que se reconstruya el ecosistema original, y así que sean las ballenas las que hagan el trabajo. Una técnica a la que Duarte se refirió como de «ingeniería global» y que no deja de ser controvertida entre la comunidad científica. Además, debe contar con el respaldo de los países firmantes del Tratado Antártico.
Sin duda una propuesta que dará mucho que hablar en el Año Polar Internacional, que comienza el próximo mes de noviembre y que, a pesar de su nombre, se extenderá hasta marzo de 2009. Y es que los polos necesitan que la comunidad internacional vuelva los ojos sobre ellos, puesto que son verdaderos sensores del cambio climático. Como afirmó Duarte, «el cambio climático no es el futuro, sino que ya estamos plenamente inmersos en él».

14.10.06

Científicos españoles y japoneses hallan los genomas más pequeños conocidos

ABC 13-10-2006

JOSÉ MANUEL NIEVES
MADRID. Establecer con exactitud la división entre lo que está vivo y lo que no constituye, desde hace décadas, uno de los desafíos científicos más importantes de la actualidad. Y aunque, aparentemente, la respuesta puede parecer sencilla, en realidad dista mucho de serlo. En la frontera misma entre la vida y la «no vida» se encuentran algunos de los organismos más sencillos de la creación, como son los virus y algunos géneros de bacterias. En apenas unos cuantos cientos de kilobases (una kilobase es la unidad empleada para medir la longitud de los fragmentos de ADN y es igual a 1.000 bases) y un puñado de genes, ambos tipos de organismos son capaces de cumplir con efectividad las principales misiones de cualquier criatura de este mundo: sobrevivir y reproducirse.
El desafío, en especial durante los últimos años, aumenta un poco más cada vez que los científicos encuentran organismos (¿vivos?) con genomas más y más reducidos. Organismos que, de alguna manera, han renunciado a muchas de las funciones propias de cualquier ser viviente. Y lo han hecho, en muchas ocasiones, por la simple razón de que se han instalado cómodamente en el interior de otros organismos más complejos que «cubren» esas necesidades a cambio de algún «favor» que sólo estas minúsculas entidades son capaces de hacer. En otras palabras, se trata de organismos simbiontes, que interactúan con sus anfitriones de una forma tan íntima que, en ocasiones, pasan directamente a formar parte de ellos.
Un paso adelante
La carrera científica por encontrar el genoma más pequeño, es decir, la cantidad mínima de genes que debe tener un organismo para ser plenamente funcional ha dado, esta misma semana, un gran paso al aparecer en la revista «Science» dos estudios, uno japonés y otro español, que rebajan considerablemente el anterior «récord» de genoma más pequeño, que tenía una bacteria del género Buchnera que conseguía «funcionar» con apenas 600 kilobases.
Ahora, las dotaciones genéticas más pequeñas jamás encontradas para un organismo vivo proceden de otras dos bacterias (Buchnera aphidicola y Carsonella ruddii) que viven, en ambos casos, dentro de células en el interior de dos pequeños insectos. La primera, con una longitud de 422 kb, ha sido estudiada por el equipo dirigido por el español Vicente Pérez Brocal, del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biologia Evolutiva de la Universidad de Valencia. La segunda, aún más pequeña, consta apenas de 167 kb y ha sido estudiada por el equipo que dirige el japonés Atshushi Nakabachi, del Laboratorio de Biología Molecular y Ambiental de Saitama (Japón).
En el estudio español, además, se demuestra que Buchnera aphidicola, que vive en el pulgón del cedro, podría estar a punto de extinguirse, ya que su historia evolutiva muestra una lenta pero continua pérdida de genes, lo que podría contribuir a solucionar el enigma científico de si existe un límite en la reducción de genes que pueden llegar a sufrir esta clase de organismos o si éstos, por el contrario, llegan a un punto en el que son inviables, se extinguen y son sustituidos por otros «más saludables».
Pérdida de genes
Según ha explicado a Efe la investigadora de la Universidad de Valencia Amparo Latorre, directora del equipo autor de la investigación, esta pérdida de genes podría estar provocando que otra bacteria del pulgón del cedro, la Candidatus serratia simbiótica, estuviese suministrando al pulgón, y a la propia Buchnera, un aminoácido esencial llamado triptófano.
La Buchnera aphidicola, explicó la científica, sufre un proceso de pérdida de genes que provoca la desaparición de muchas de sus funciones, entre otras, la capacidad de sintetizar este aminoácido esencial, (el triptófano), además de casi todos los genes implicados en la reparación del ADN y prácticamente todos los que intervienen en la síntesis de nucleótidos. Si el proceso, tal y como parece, continúa, el destino final de esta bacteria sería el de extinguirse y dejar su sitio a un «sustituto» mejor preparado.
Por su parte, el estudio japonés propone una solución alternativa a la extinción. Al parecer, la Carsonella ruddii, que vive en determinadas especies de insectos y que también está perdiendo genes necesarios para su subsistencia, se está convirtiendo, simplemente, en una parte más dentro de las células del insecto que le sirven de hogar. Ver para creer.

Descubierta la primera especie de mamífero terrestre identificada en Europa en décadas

ELPAIS.es 13-10-2006

En 2001 se descubrió un murciélago hasta entonces sin clasificar en Hungría y Grecia, pero hace décadas que en Europa no se identifica una nueva especie de mamífero terrestre. Un científico británico asegura ahora haber encontrado un ratón del que no se tenía noticia en un área montañosa de la isla de Chipre, y añade además que se trata de un “fósil viviente”, según informa la CNN.
Thomas Cucchi, investigador de la universidad inglesa de Durham, halló la nueva especie en 2004, cuando examinaba los restos fósiles de dentaduras de ratones del periodo neolítico y los comparaba con las especies actuales para averiguar si su llegada a la isla era consecuencia o no de la colonización humana (que data de hace 10.000 años).
El científico concluyó que este ratón en cuestión llegó a Chipre en el neolítico, varios miles de años antes de que el ser humano alcanzara sus orillas. Luego se adaptó para convivir con los ratones domésticos comunes que sí arribaron a la isla con la colonización humana.
Según su descripción, el Mus Cypriacus (vulgo, ratón de Chipre) lo tiene todo grande: la cabeza, las orejas, los ojos y los dientes. Y no sólo es endémico de esta isla mediterránea: además sobrevivió al desembarco humano. “El resto de mamíferos endémicos de las islas mediterráneas murieron con la llegada del hombre, a excepción de dos especies de musarañas. El nuevo ratón de Chipre es el único roedor endémico que sigue vivo, y como tal debe ser considerado un fósil viviente”, señala Cucchi.
“Las nuevas especies de mamíferos son descubiertas principalmente en zonas calientes de biodiversidad como el Sureste Asiático. Es comúnmente aceptado que se han identificado ya todas las especies de mamíferos existentes en Europa. Por eso este descubrimiento es tan emocionante e inesperado”, explica el científico británico. El hallazgo aparece publicado en Zootaxa, una revista internaciones de taxonomía animal.

13.10.06

REPORTAJE: PREMIO NOBEL DE QUÍMICA 2006

El transcriptor de ADN
20 años de trabajo para dilucidar una estructura biológica


MIQUEL COLL
EL PAÍS - 11-10-2006

La Reforma protestante acabó en media Europa, en el siglo XVI, con la principal fuente de ingresos de los pintores, los cuadros y retablos de altar, considerados idolatría. Una salida para los artistas fue pintar retratos y escenas más mundanas que las alegorías de santos. Paisaje invernal con trampa para pájaros es una preciosa obra de Pieter Brueghel el Viejo, pintada en 1565. Nos muestra un pueblo flamenco nevado, con un río helado que lo atraviesa, lleno de alegres patinadores. A la derecha, entre los árboles, en un plano más cercano, está la trampa para pájaros. Hay varias copias de este cuadro. Parece que la original es la del Museo de Arte Antiguo de Bruselas. En el Prado hay otra, pero el autor es Pieter Brueghel el Joven, también conocido como Brueghel d'Enfer, y está pintada 65 años después del original. Cuesta distinguirlas: las mismas casas, la misma iglesia, el mismo río helado con los patinadores. Sólo si contamos los pájaros alrededor de la trampa veremos que el hijo pintó un pájaro de más. Pieter Brueghel el Viejo murió cuando su hijo apenas tenía 5 años y difícilmente pudo ser su maestro. La habilidad se la transmitió por otra vía.
Como es sabido, en el ADN reside la información genética, es un libro de instrucciones. Para poder pasarnos una copia de este valioso manual, las células germinales de nuestros padres tuvieron que replicar su ADN como ocurre, en general, antes de la división celular. Tarea nada fácil: Se necesitan unas proteínas o enzimas llamadas polimerasas capaces de copiar, con fidelidad amanuense, los millones de letras que describen nuestros genes. En 1959 el científico estadounidense Arthur Kornberg -el viejo- recogía en Estocolmo el premio Nobel de Fisiología por el descubrimiento de un enzima bacteriano capaz de polimerizar -es decir, enganchar uno tras otro- los desoxirribonucleótidos que son las letras del alfabeto genético. Copiar ADN en ADN es esencial para la vida y parecería que no hay enzima más importante en este planeta que la polimerasa de ADN. Pero tal vez la hay.
La información genética reside en el ADN pero esta larga molécula helicoidal es más bien pasiva. Quien hace el trabajo duro son las proteínas. Si nos movemos, si digerimos, si respiramos, si pensamos, ¡si replicamos ADN! es gracias a las proteínas. Las instrucciones para construir la variada cohorte proteica están en el ADN y la máquina capaz de sintetizarlas todas se llama ribosoma. El problema es que el ribosoma no entiende las instrucciones del ADN. Sólo sabe leer otra molécula más antigua llamada ARN. Es como si el operario no supiera leer las instrucciones en castellano, sólo en latín. La solución es obvia: transcribamos el libro de instrucciones del castellano al latín y listo. Es exactamente lo que ocurre en nuestras células: se trascribe ADN en ARN, el llamado mensajero. El enzima capaz de hacer este prodigio y que disputa el protagonismo a la que descubrió Arthur Kornberg -el viejo- es la polimerasa de ARN.
Pues bien, Roger Kornberg -el joven-, profesor de la Universidad de Stanford, en la ciudad californiana de Palo Alto, acaba de recibir el premio Nobel de Química por resolver la estructura tridimensional de la polimerasa de ARN y elucidar el mecanismo de síntesis de ARN a partir de ADN, o sea, por describir con un detalle asombroso la trascripción eucariota (la de los organismos con células con núcleo, como las de los humanos). Hacer esto ha sido un trabajo hercúleo. La polimerasa de ARN (la que se ha resuelto es, concretamente, la polimerasa II de levadura) es una molécula extraordinariamente compleja. En realidad, no se trata de una sola proteína sino de 12 que forman un enorme aglomerado de 0,5 megadalton de peso. Por si el complejo de la polimerasa de ARN parecía poca cosa, los investigadores del equipo de Kornberg añadieron un trozo de ADN, equivalente al molde que se tiene que copiar y, más adelante, un trozo de ARN, equivalente a la copia o transcripto naciente. Para obtener la visión detallada, a escala atómica, de esta descomunal máquina molecular el equipo de Kornberg empleó una técnica llamada difracción de Rayos X. Consiste en bombardear pequeños cristales de proteína (complejo proteico, en este caso) con un finísimo haz de Rayos X de altísima intensidad, en un sincrotrón. Con las imágenes de difracción obtenidas se puede llegar a reconstruir, tras complicados cálculos matemáticos y el empleo de ordenadores gráficos, la estructura tridimensional del complejo.
Hoy en día la mayoría de los estudios estructurales se hacen con proteínas recombinantes, esto es, con proteínas cuyos genes han sido clonados dentro de bacterias que son forzadas a producir proteína sin pausa. Un cultivo bacteriano de un par de litros puede bastar para obtener cantidad suficiente de nuestra proteína ya que ésta, y no las suyas propias, es la que se ven obligadas a producir masivamente las bacterias modificadas. Una vez extraída y purificada, la proteína se puede intentar cristalizar. Con la polimerasa de ARN esta técnica recombinante no era posible, había que purificar directamente el complejo, tal cual está en la célula. Como en cada célula hay muy poca cantidad de polimerasa, a Kornberg y sus colaboradores no les quedó más remedio que preparar cultivos enormes de levadura (¡10.000 litros hasta obtener los primeros datos de difracción a baja resolución!), y poner a punto un método ingenioso de extracción y purificación que no desmontara el delicado complejo a cristalizar. Les costó más de 10 años pero, al fin, consiguieron purificar y cristalizar la polimerasa con 10 de sus 12 subunidades. Sin embargo, los problemas no se habían acabado. Los cristales no eran lo bastante buenos, sólo difractaban a baja resolución, insuficiente para resolver la estructura tridimensional.
Fue entonces, en 1999, cuando Patrick Cramer, un investigador alemán, se incorporó como postdoc al laboratorio de Kornberg. En poco tiempo, dio con la clave para superar el escollo: observó que los cristales de polimerasa podían encogerse al deshidratarlos poco a poco añadiéndoles cantidades crecientes de polietilenglicol -una sustancia parecida al anticongelante de automóvil-. Al perder agua y encogerse, los cristales de la polimerasa aumentaban su orden interno y difractaban los Rayos X a mucha mayor resolución, suficiente, ahora sí, para resolver el rompecabezas. Pero la cosa aún no fue pan comido. Debido al desorbitado tamaño de la polimerasa, Cramer tuvo que introducir enormes clusters de metales pesados en los cristales que, localizados primero, le sirvieron para obtener un mapa interpretable por el que trazar el camino que siguen las cadenas polipeptídicas que conforman el complejo enzimático.
La primera estructura tridimensional de la polimerasa de ARN eucariota fue descrita en la revista Science en el año 2001, en un impactante artículo en el que Patrick Cramer figura como primer autor entre 10. Roger Kornberg, el director de esta larga investigación, es el último autor del artículo, como dictan los cánones de las publicaciones científicas.
El ADN se hereda y el talento, a veces, también. Brueghel d'Enfer, aunque no fue un pintor imaginativo como su padre, era capaz de pintar un cuadro tan bonito como el de su progenitor. Roger Kornberg tampoco se ha quedado corto siguiendo la estela de su padre. Cuando el lunes de la semana pasada le llamaron desde el Instituto Karolinska para comunicarle la concesión del premio Nobel eran las tres de la mañana en Palo Alto. Hubo una rueda de prensa por teléfono y, al final, un periodista le preguntó cómo se sentía al recibir el premio científico más valorado, 47 años después de haber acompañado a su propio padre a Estocolmo a recoger el suyo. "Todavía estoy temblando", contestó con voz entrecortada.
Miquel Coll es profesor de investigación del CSIC en el IRB/IBMB.

El ciclo astronómico de la Tierra determinaba la extinción de los mamíferos

Extraído de "El Mundo" 12/10/2006
SEGÚN UN ESTUDIO PUBLICADO EN 'NATURE'
El ciclo astronómico de la Tierra determinaba la extinción de los mamíferos

EFE
MADRID.- La extinción y aparición de nuevas especies de pequeños mamíferos hace millones de años era determinada por el ciclo astronómico de la Tierra, un descubrimiento que publica la revista 'Nature' fruto del trabajo de ocho investigadores españoles, franceses y holandeses.
Uno de ellos, el paleontólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales Pablo Peláez-Campomanes, explicó que han descubierto que la extinción de unas especies y la aparición de otras nuevas seguían ciclos coincidentes con los de la órbita terrestre y la inclinación de su eje, tras el análisis de fósiles de roedores pertenecientes al Mioceno y el Plioceno (hace aproximadamente entre 23 y un millón de años).
"Este hallazgo refuerza la teoría de que la especiación estaba modulada por el clima", ya que los cambios en la órbita terrestre y su inclinación ocasionaban fenómenos climáticos como heladas más largas y mayor diferencia entre estaciones que podían determinar la supervivencia de vegetales y animales, indicó Peláez-Campomanes.
Probablemente, el comportamiento de las especies de grandes mamíferos, y sobre todo de los reptiles y los anfibios, era muy similar, pues estaban muy sujetos a los cambios del clima, añadió el experto.
Las diferentes especies de roedores aparecían y desaparecían en dos ciclos, uno cada 2,4 millones de años y otro cada millón de años, según los datos obtenidos por el equipo a partir del análisis de unos 80.000 registros provenientes de cuencas fluviales de Madrid y Aragón.
La importancia del estudio reside, según el paleontólogo español, en que esos periodos de especiación coinciden con los ciclos de la órbita terrestre en torno al Sol y la inclinación del eje de la Tierra, de 2,37 y 0,97 millones de años, respectivamente.
Trabajos como éste son "fundamentales para la elaboración de modelos climáticos basados en el registro geológico", explicó Peláez-Campomanes, quien añadió que es la primera vez que se encuentran coincidencias entre los ciclos astronómicos de larga duración y la fauna de medios continentales.
Los resultados del trabajo se han extraído de una base de muestras fósiles de dentición que abarca 22 millones de años y reúne piezas recogidas en 200 yacimientos.

12.10.06

Encuentran un nuevo tipo de ave en Colombia

Extraído de "El Mundo". 12/10/2006.
REUTERS
BOGOTÁ.- Un grupo de investigadores anglocolombianos ha descubierto en una remota selva del noroeste de Colombia una nueva especie de ave, según ha informado la fundación que promociona la expedición.
El gorrión montés de los Yarigumes, cuyo nombre científico es 'Atlapetes latinuchus yariguierum', es un pajaro relativamente grande, de plumaje colorido negro, rojo y amarillo, con marcas blancas en sus alas y espalda negra.
La especie fue descubierta en la Serranía de los Yarigumes, en el departamento de Santander, en la Cordillera Oriental de los Andes colombianos, 260 kilómetros al noreste de Bogotá, dijo a Reuters Diana Montealegre, bióloga y coordinadora de comunicaciones de la Fundación ProAves.
El ave fue denominada con ese nombre en honor a los indígenas Yarigumes que habitaron en la zona.
Investigadores de ProAves, el Museo Británico de Historia Natural y la Universidad de Londres realizaron exploraciones en los últimos tres años en una región inhóspita a más de 3.200 metros sobre el nivel del mar, donde los científicos se descolgaron con cuerdas desde un helicóptero, dijo Montealegre.
"Es un descubrimiento científico, el más reciente de una ave en Colombia", declaró la bióloga. El equipo de investigadores estaba liderado por Thomas Donegan y Blanca Huertas.
"Es una zona completamente escarpada, inexplorada (...) esto implica un esfuerzo físico y mental muy grande", comentó Montealegre.
Donegan, citado en un informe de ProAves, dijo que antes de la expedición nadie sabía de la existencia de alguna especie en la Serranía de los Yarigumes. "Es sorprendente que este gorrión y los bosques de la Serranía hayan permanecido sin haber sido estudiados, descritos o protegidos durante tanto tiempo", aseguró.
Una de las dos aves capturadas por los investigadores que descubrieron la nueva especie fue liberada.
Colombia cuenta con alrededor de 1.800 especies de aves y es uno de los países con mayor biodiversidad de flora y fauna a nivel mundial, de acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente.


El techo de África perderá sus nieves perpetuas

Extraído de "ABC". 12/10/2006.

ABC.es/Madrid
Los montes Kilimanjaro y Kenia, las dos cimas más elevadas del continente africano, podrían perder sus nieves perpetuas en aproximadamente 25 años según han afirmado las autoridades medioambientales locales.
Los hielos desaparecerán del famoso Kilimanjaro y del monte Kenia si la deforestación y la contaminación ambiental no se detienen, declaró Fredrick Njau, del Movimiento Cinturón Verde de Kenia.El Kilimanjaro ha perdido ya el 82 por ciento de los hielos que cubrían su cima en los últimos 80 años, mientras que el monte Kenia, uno de los pocos lugares cercanos al ecuador con glaciares permanentes, ha perdido el 92 por ciento de sus nieves perpetuas en el último siglo.