13.11.06

Humanos y erizos de mar comparten más de 7.000 genes

ABC 10/11/2006
ARACELI ACOSTA
MADRID. Los científicos ya sabían que los humanos y los erizos de mar estaban emparentados. De hecho, estos animales son los únicos invertebrados en la rama humana del árbol evolutivo de la vida. Ahora que un grupo de investigadores de diferentes universidades ha secuenciado y ensamblado el genoma del erizo marino esa conexión genética es aún más clara. Tras identificar 23.300 genes con 814 millones de bases nucléicas del erizo marino púrpura (Strongylocentrotus purpuratus), los científicos han encontrado que compartimos 7.077 genes con los erizos.
Según detallan en «Science», estos equinodermos, algunos de los cuales pueden llegar a vivir más de cien años, están más cercanamente relacionados a los humanos y otros vertebrados que las moscas de la fruta o los gusanos, otros dos organismos modelo cuyos genomas ya han sido secuenciados.
Primer equinodermo
El erizo marino representa el primer genoma secuenciado de los equinodermos, que hasta donde se tiene conocimiento, son los parientes más cercanos a los cordados, el grupo que incluye a los vertebrados. Comparando los genomas de los erizos marinos y los vertebrados tendríamos un mejor entendimiento de nuestro genoma.
Pero el proyecto de secuenciación ha traído otras sorpresas: los erizos tienen el sistema inmune más sofisticado de entre todos los animales estudiados hasta ahora, que no se basa en anticuerpos. La inmunidad innata se refiere a un conjunto de proteínas que detectan aspectos únicos de una bacteria y avisan a las células del organismo de la presencia de un intruso. Ese repertorio de proteínas en los erizos podría proporcionar nuevos instrumentos en la lucha contra muchas enfermedades infecciosas, señalan los científicos. Los erizos también tienen una enorme capacidad para enfrentar amenazas químicas en su ambiente mediante una batería de genes que pueden captar y eliminar esas amenazas. Sin esta reacción, los agentes químicos como los metales pesados, pueden causar un envejecimiento precoz, enfermedades y muerte, por lo cual sería muy valioso aprender cómo los erizos se defienden de ellos.
Además, disponen de genes asociados a muchas enfermedades humanas, como la distrofia muscular y la enfermedad de Huntington, y también los asociados al gusto, olfato, oído y equilibrio.
Y estos animales sin ojos pueden ver o, al menos, distinguen la luz. ¿Cómo? A través de sus patas. Los científicos han hallado genes asociados a la visión que se activan en esa parte de su cuerpo, unos insignificantes «tubos» que les ayudan a moverse y alimentarse. Gary Wessel, de la Universidad de Brown y miembro del Consorcio de Secuenciaciación del Genoma del erizo marino, aseguró que «llevo 31 años mirando a estos organismos y ahora sé que me estaban viendo».
Como parte del proyecto de secuenciación, Wessel encabezó el grupo de científicos que estudiaron centenares de miles de letras del código genético e identificaron los genes responsables de la reproducción de este erizo. Para ellos este organismo es ideal para entender el estallido de actividad biológica que ocurre cuando esperma y óvulo se funden. Y es que estas espinosas criaturas marinas podrían encerrar algunas claves de la evolución.